CARBALLO ROZÓ EL TÍTULO OLÍMPICO CON LAS YEMAS DE LOS DEDOS
Jesús Carballo, el gimnasta español que sorprendió a todos cuando conquistó el título mundial de barra fija tres meses antes, estuvo a punto de que repetir la hazaña en Atlanta'96, pero el oro olímpico se le escapó cuando lo rozaba con las yemas de los dedos.
Carballo, de 19 años, completó la mejor actuación de la gimnasia masculina española en unos Juegos Olímpicos, al terminar como el decimotercero mejor del mundo y superar la decimosexta plaza de Alfonso Rodríguez de Sadia en Barcelona'92.
A pesar de hacer la competición de su vida, la imposibilidad de ganar un título que tuvo tan cerca le dejó con mal sabor de boca. La caída supuso una penalización de 0.500, lo que sumado al 9.350 que recibió hubiera supuesto un 9.850, la nota con la que ganó el alemán Andreas Wecker.
En la primera suelta del movimiento Carballo, una compleja innovación que sólo él ha puesto en práctica, el español se fue al suelo después de rozar la barra, pero sin poder agarrarla. Para ser campeón tenía que arriesgar y lo hizo con una suelta amplísima que le salió mal. Sólo unos minutos antes, en el calentamiento previo, ejecutó un ejercicio perfecto.
"No me lo esperaba. No sé cuanto tiempo hace que no fallo en la barra, no puedo recordarlo", dijo después de ver el resto de la prueba y tomar conciencia de que, sin la caída, el título hubiera sido suyo.
En cualquier caso, Carballo volvió a Madrid con la alegría de haber cumplido una gran actuación y la satisfacción personal de que, por sus éxitos o su tropiezo, la gente hable más de la gimnasia.
Su padre también regresaba contento. Además del orgullo de ver a su hijo entre los mejores, el seleccionador nacional de artística femenina consiguió que el equipo español concluyese en un séptimo puesto que lo mantiene en la élite de un deporte revolucionado con la disgregación soviética.